A nadie le amarga un dulce, y menos en tiempo de confinamiento. Esta tarta de manzana es muy fácil de hacer y es apta para devorar sin remordimientos: no tiene harinas ni azúcar.
INGREDIENTES (PARA LA BASE)
Cuatro manzanas
Una taza de copos de avena
Una taza de leche desnatada
Tres o cuatro dátiles (dependiendo del tamaño)
Una cucharada sopera de miel
Una pizca de sal
Un puñado de anacardos o nueces
Canela al gusto (sin miedo)
Ingredientes para decorar: dos manzanas pequeñas, anacardos o nueces, mermelada de frambuesa (o de otro sabor que te guste más, pero sin azúcar a poder ser), frambuesas, fresas, moras o arándanos.
PREPARACIÓN
Precalentar el horno a 180º (calor arriba y abajo).
Prepara tu molde apto para horno (lo ideal es que sea redondo y de poca altura) y extiende un poco de aceite de oliva virgen extra para evitar que la mezcla se quede pegada a los laterales al hacerse.
Ve poniendo todos los ingredientes para la base en un recipiente y bate hasta que quede una mezcla homogénea.
Échala en el molde, coge las dos manzanas para decorar y córtalas en rodajas finas para a continuación cubrir la superficie de la tarta con ellas.
Meter en el horno a 180º durante aproximadamente una hora. Importante: dejar enfriar antes de sacar del molde. Opcional: cubrir la superficie con mermelada de frambuesa, nueces o almendras, algún fruto rojo…